Síndrome de Hubris o adicción al poder. Las personas que padecen este trastorno, generalmente líderes, se sienten capaces de realizar grandes tareas, creen saberlo todo y que de ellos se esperan grandes cosas, por lo que actúan yendo un poco más allá de la moral ordinaria.
No es una enfermedad como tal, aclara Federico Bermúdez Rattoni, investigador del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.
Se trata de “una característica de personalidad y del momento en que una persona está en cierta situación social; es decir, hay personas que en el juego social pueden adquirir o tener mucho poder y esto los hace adictos a él”, dice el académico,
Desde el punto de vista neurocientífico no hay ninguna evidencia de que pueda existir un cambio fisiológico en dichas personas; sin embargo, la psiquiatría lo aborda.
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